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Financiar una farmacia con un préstamo participativo

21-12-2017

La viabilidad de un negocio de farmacia depende de muchos factores. Uno de los más delicados sin duda es el acceso a capital con el que ponerla en marcha, del que hay diferentes fórmulas. Como norma general es imprescindible, ya que no se suele contar con todo el dinero que se necesita para realizar una operación. Financiar una farmacia con un préstamo participativo es una de las vías que se pueden encontrar. Y por eso hemos querido explicar en qué consiste, ya que es muy importante saber a qué atenerse.

Qué es un préstamo participativo

Todo el mundo entiende que un préstamo es uno de los métodos para financiar una farmacia a los que se puede recurrir. No obstante, para que se denomine préstamo participativo tiene que cumplir con una serie de condiciones. Algunas de las más relevantes son:

  • Quien presta el dinero no percibe una cantidad fija, sino que el interés que tiene que pagar el prestatario dependerá de elementos como el beneficio conseguido o el volumen de negocio. También es posible firmar una operación a interés fijo.
  • Se puede cerrar un acuerdo de penalización en caso de que el préstamo se amortice antes de tiempo. Esta amortización solo puede hacerse efectiva con capital propio y no procedente de otros medios.
  • El pago de los intereses es deducible a la hora de pagar el Impuesto de Sociedades por parte de quien recibe el préstamo.

Estos y otros aspectos de interés se encuentran recogidos en el artículo 20 del Real Decreto-ley 7/1996, que regula ciertas medidas fiscales sobre una actividad económica como la farmacia.

¿Es posible acogerse a esta figura?

Al igual que otros tipos de préstamos, se trata de una vía lícita y válida. Aunque es importante saber que hay ciertos aspectos que interesa evaluar antes de tomar una decisión. No solo por parte de quien busca capital, sino también de quien lo ofrece con el fin de percibir un beneficio futuro.

Diferencias entre un préstamo participativo y otro tipo de créditos

El préstamo participativo es una vía de financiación externa. No se le trasfiere la propiedad a nadie ni tiene que ver con las cuentas de participación en la compra de farmacias.

El tipo de interés no se regula como en el caso de un banco, que se rige por determinados índices. En este caso, este se negocia teniendo en cuenta el resultado que está dando o se calcula que dará el negocio. Así que no se puede buscar un contrato estándar, sino que se debe redactar de forma individualizada.

El préstamo participativo no permite amortizar por adelantado las cantidades que se adeudan, como si fuera un crédito bancario. Se puede pactar, aunque siempre hay una penalización marcada.

En el caso de tener que liquidar el negocio, un préstamo de este tipo se considera capital propio. Por tanto, no se podrá recuperar el dinero hasta que no se hayan cubierto las deudas con otros acreedores.

En resumen. Financiar una farmacia de este modo es posible, aunque es importante tener muy claras todas estas condiciones.

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